Augusto Fernandes

Augusto Fernandes (Portugal, 12 de marzo de 1937 – Buenos Aires, 18 de diciembre de 2018) fue un actor, director y maestro de teatro cuya influencia marcó de manera decisiva la escena argentina y parte de la europea. Llegó a Buenos Aires en 1940 y muy joven inició su camino artístico en la radio y el teatro infantil Lavardén, incursionando también en el cine a finales de la década del cuarenta. En 1954 se integró a Nuevo Teatro y poco después cofundó el Grupo de Teatro Juan Cristóbal, que más tarde se fusionaría con La Máscara, donde Fernandes integró la dirección artística hasta 1962. Su encuentro con Hedy Crilla, de quien se convirtió en discípulo cercano, definió su formación y acompañó sus primeros trabajos destacados como actor. A partir de 1962 comenzó a dirigir y a desarrollar una intensa labor pedagógica, que muy pronto lo posicionó como uno de los maestros más influyentes del país.

Durante las décadas del sesenta y setenta consolidó su prestigio con una serie de puestas que renovaron lenguajes, modos de producción y aproximaciones al actor. En 1965 obtuvo el Premio de la Crítica por Fin de diciembre, de Ricardo Halac, y en 1966 volvió a recibirlo por El tiempo de los carozos y Negro, Azul, Negro. Ese mismo impulso lo llevó a crear el Equipo de Teatro Experimental de Buenos Aires (ETEBA), con el que estrenó La leyenda de Pedro, una versión libre de Peer Gynt que recorrió festivales internacionales como Nancy, Florencia y el Theatertreffen de Berlín. Su trabajo en Europa se expandió con seminarios dictados a pedido de la Fundación Gulbenkian y con creaciones como Blanco y Negro, realizada en Portugal. En 1973 fue nombrado rector de la Escuela Nacional de Arte Dramático de Buenos Aires, y ese mismo período lo encontró dirigiendo Vida y sueño del Príncipe Segismundo en el Schauspielhaus Frankfurt, donde desarrolló una puesta monumental basada en el concepto del “espacio vacío” y en la construcción escénica frente al espectador.

En los años noventa alcanzó una gran proyección internacional con montajes como Ensueño de Strindberg en el Schillertheater de Alemania (1991); Madera de Reyes, de Ibsen, estrenada en 1992 en Hamburgo y luego en el Teatro General San Martín —obra por la cual obtuvo el Premio María Guerrero en 1994— y Rigoletto de Verdi en la Ópera de Berlín (1993). En 1996 presentó dos de sus puestas más recordadas de esa década: El relámpago (Travesía), versión libre de Camino a Damasco de Ibsen, en el Teatro Nacional Cervantes, y La gaviota de Chéjov en el San Martín. Ese mismo año fundó en Buenos Aires su propia escuela para actores y directores, donde impartió un método de entrenamiento riguroso y profundo, que combinaba investigación actoral, precisión técnica y pensamiento escénico. Sus seminarios se extendieron también a escuelas de cine y teatro de las principales ciudades europeas, influenciando a nuevas generaciones de intérpretes y realizadores.

Reconocido como uno de los directores más importantes de su tiempo, recibió el Diploma al Mérito Konex en 2001. Exploró ocasionalmente el cine y la televisión, y en 2003 dirigió la película La verdad negada. Gran estudioso de Shakespeare, fue distinguido en 2017 en el Festival Shakespeare Buenos Aires y en 2018 dictó en Argentores un curso sobre los elementos ocultos de la obra del dramaturgo inglés. Su muerte en Buenos Aires, en diciembre de 2018, dejó un legado que continúa vivo en sus espectáculos, en su método y, sobre todo, en la vasta comunidad de actores y directores formados bajo su guía.

29 Espectáculos en los que participó